
Tendencias mundiales en fortificación de alimentos y salud pública
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La fortificación de alimentos se ha convertido en una de las estrategias más relevantes para combatir la deficiencia de micronutrientes a nivel global. Consiste en añadir vitaminas y minerales esenciales —como hierro, zinc, calcio, vitamina D y ácido fólico— a productos de consumo masivo como harinas, lácteos, aceites y bebidas.
A nivel mundial, las tendencias en fortificación apuntan hacia el desarrollo de alimentos funcionales que no solo nutren, sino que también apoyan la salud preventiva. Países de Europa, Asia y América Latina han adoptado programas de fortificación obligatoria para mejorar la salud pública y reducir enfermedades relacionadas con la malnutrición.
Otra tendencia importante es la incorporación de ingredientes naturales y fuentes vegetales para enriquecer alimentos procesados, respondiendo a la demanda de consumidores que buscan productos más sostenibles y saludables. La innovación tecnológica en la industria alimentaria permite hoy una mejor estabilidad de nutrientes sin afectar sabor, textura ni vida útil del producto.
La fortificación de alimentos no solo es clave para combatir la desnutrición, sino también para ofrecer soluciones competitivas en el mercado global. Adaptarse a estas tendencias es fundamental para las empresas que desean mantenerse a la vanguardia en la industria alimentaria.